
La conferencia de la ONU en el marco de los 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing volvió a despertar críticas sobre la situación del activismo feminista en el país asiático.
Si bien se han cumplido 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, considerada un hito en materia de derechos de mujeres, las miradas internacionales siguen teniendo choques en torno a la situación del activismo feminista en China. La reciente conferencia de la ONU en el país asiático, donde la agenda de género fue central, reavivó los comentarios críticos de organismos y figuras de los medios y organizaciones hacia el gobierno local. Las miradas siguen puestas sobre el “modelo chino” y el rol que le asigna a la mujer en él.
Una de las voces que se pronunció fue la de Amnistía Internacional. Sara Brooks, directora en China del organismo de derechos humanos, emitió un informe donde presenta fuertes posiciones respecto al historial del gobierno chino en relación al colectivo de mujeres. Persecuciones a activistas, políticas públicas restrictivas y de perfil conservador hacia las libertades de las mujeres y falta de acción frente a la violencia de género se destacan entre los factores.
Brooks ha citado casos como el de la abogada de derechos humanos Wang Yu, a quien le retiraron su licencia tras defender en 2013 a una niña abusada sexualmente por el director del colegio al que asistía. Asimismo, se hace alusión al caso de la activista china del movimiento MeToo, Huang Xueqin, encarcelada durante cuatro años por el gobierno chino bajo la acusación de “incitar a la subversión”.
Mas acá en el tiempo, en 2023, también trascendió el caso conocido como la “mujer encadenada”, en referencia a un femicidio ocurrido en la región china de Jiangsu, donde fue hallada una mujer con una cadena al cuello, luego de ser violada y enterrada por parte de un hombre. A esto se suman persecuciones a grupos de activismo LGBTI e intervenciones en Internet sobre redes vinculadas al feminismo. En este punto, Amnistía Internacional hizo mención al cierre arbitrario de tres cuentas en el sitio WeChat, sólo durante el mes pasado.
Si bien el gobierno del país asiático tiene una presencia importante frente a entidades por los derechos tales como la ONU, también son frecuentes los cuestionamientos sobre la centralización gubernamental en materia de derechos, como obstáculo para la actividad ciudadana. El International Service for Human Rights (ISHR) lanzó un informe en abril de este año donde denuncia cómo el Estado chino “bloquea” la participación de la sociedad civil en actividades de organismos como las Naciones Unidas. El informe hace hincapié sobre cómo las “ONG’s organizadas por el gobierno” o “GONGO’s” acaparan las membresías a múltiples organismos internacionales con el fin de limitar a las “voces independientes de la sociedad”. Este fenómeno encaja en sintonía con el reclamo de los activismos chinos vinculados al feminismo.
La compleja relación entre China y el colectivo de mujeres
Eva Liu, especializada en Estudios de Género en la Universidad China de Hong Kong, ha brindado detalles sobre el historial del movimiento feminista en el país asiático y su actual situación. Liu ha comentado sobre la evolución del feminismo chino a lo largo del siglo pasado, su relación con los procesos políticos y sociales de la China socialista hacia el fin de siglo y la globalización, con sus respectivas fluctuaciones. En ese marco, la especialista sostiene que, tras la retirada del Estado en el apoyo a ONG’s vinculadas al colectivo de mujeres, la auto organización activista cobró fortaleza a través de espacios no tradicionales como las redes sociales.
En varios de sus trabajos, Liu ha remarcado cómo el feminismo ha sido calificado por sectores del nacionalismo chino como una “hostilidad occidental”, y cómo ese discurso ha generado un nuevo “patriotismo femenino” chino que pone en tensión viejas tradiciones. Asimismo, en un reportaje, Liu mencionó que incluso el feminismo más “moderado” es blanco de censuras y persecuciones, especialmente en redes sociales.
Asimismo, en su trabajo “Cuando las feministas son identificadas erróneamente como traidoras”, Liu expresa cómo el movimiento de mujeres ha sido estigmatizado, sobre todo en el ciberespacio, como elementos “anti-nacionales”, a fuerza de desinformación y prejuicios. Liu ha situado el caso de un famoso troll chino conocido como “Ziwuxiashi”, señalado por impulsar campañas de desprestigio y silenciamiento en internet contra las activistas feministas Liang Ziaomeng, Xiao Meili y Zheng Churan en 2016. A ellas se las acusaba y hostigaba bajo el mote de “separatistas” y “traidoras” por ejércitos virtuales.
Presidente de la Fundacion para la democracia


