
Desplazamientos poblacionales, hambruna, violencia de género y derechos del niño en riesgo en medio de la guerra civil que no da tregua. A pesar de los acuerdos internacionales, los ataques y bombardeos mantienen en vilo a millones de personas.
A pesar del reciente llamado a un alto al fuego, la crisis humanitaria y la violencia en Sudán no parece encontrar un punto de inflexión. El país que es escenario de una cruenta guerra civil desde hace años tras el golpe de Estado de 2021, las consecuencias en términos humanos, civiles, económicos y sociales han sido desastrosas en la población. Hambruna, desnutrición, violencia social, combinado con cambio climático, epidemias, entre otros puntos, son algunos de los elementos que los organismos internacionales vienen alertando. La población de Sudán, mientras tanto, es cautiva de una crisis sobre la cual los debates diplomáticos internacionales no encuentran respuesta satisfactoria.
En efecto, las expectativas estaban puestas sobre el reciente llamado a la paz que habían aceptado representantes de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), en un acuerdo intermediado por un grupo compuesto por Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Arabia Saudita y los Estados Unidos. A pesar del respaldo a este inicio de acuerdo, las preocupaciones han resurgido ante un crecimiento paulatino de los ataques con bombardeos, enfrentamientos aéreos y otras acciones.
Regiones como El Fasher o Kadugli se han destacado como los escenarios de mayor exposición de violencia y brutalidad en el conflicto entre el citado grupo paramilitar FAR y las Fuerzas Armadas de Sudán. Según advertencias del referente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Jean Pierre Lacroix, son varios los elementos que han puesto en riesgo el avance del acuerdo de paz. Entre ellos se destaca la destitución de referentes políticos del actual gobierno de transición, incluida la detención del funcionario opositor Riek Machar. Esto, según indican desde la entidad internacional, ha profundizado la polarización política y la fractura social, ya deteriorada de antemano.
Como consecuencia de la guerra, los movimientos poblacionales también se han convertido en motivo de preocupación en Sudan. La Organización Internacional para las Migraciones alertó este mes que, en apenas dos semanas, más de 90 mil personas debieron desplazarse en busca de refugio, apelando a traslados inseguros, rutas en zona de riesgo, sin acceso a servicios ni comida. Desde el estallido del conflicto en 2023, se estima que la población de desplazados de la zona de Darfur Norte asciende a millones de personas.
Organizaciones como Amnistía Internacional (AI) han denunciado las permanentes violaciones al derecho internacional en el marco del conflicto. Según cifras tomadas por la entidad, entre 2023 y 2024 se registraron alrededor de 27 mil muertes y más de 30 mil heridos, mayoritariamente civiles. También denunciaron ataques de las FAR a poblaciones civiles dentro de sus hogares y en las calles a modo de represalia. En octubre de 2024 se reportaron más de 100 civiles muertos y unos 25 casos de violencia sexual contra mujeres.
Hambre, desplazamiento y violencia de género en Sudán

Las mencionadas ciudades de El Fasher, en Darfur, y Kadugli son las más golpeadas por problemáticas como el hambre y la desnutrición. Según la Clasificación Integrada de Fases (CIF) en Seguridad Alimentaria, ambas ciudades han sido declaradas en situación de hambruna, según los relevamientos publicados por la ONU a principios de noviembre. Las localidades más impactadas por el conflicto armado han quedado aisladas y restringidas de servicios alimentarios, como también se ha tornado inaccesible la atención médica.
Esto ha sido uno de los problemas centrales en el marco de los desplazamientos poblacionales. Según Amnistía Internacional, se estima que unas 11 millones de personas han sido movilizadas territorialmente a causa del conflicto en Sudán, desde 2023 a la actualidad.
En tanto, buena parte de los desplazamientos de población han puesto de relieve también la situación de mujeres víctimas de violencia de género en contexto de guerra. Esta es una problemática que las organizaciones internacionales han denunciado en varias oportunidades, donde las crisis humanitarias motorizan violencia de género. La representante de ONU Mujeres, Anna Mutavati, señaló que mujeres embarazadas en Sudan han dado a luz “en la calle” debido a los ataques a establecimientos sanitarios. Asimismo, han sido denunciados múltiples casos de violaciones por parte de Naciones Unidas. En 2008, la entidad internacional reconoció que la violencia sexual en contextos de guerra puede caracterizarse como crímenes de guerra y de lesa humanidad.
La situación de niños y niñas
Además de las mujeres, las infancias emergen como uno de los actores sociales de mayor impacto. Según datos divulgados por UNICEF, de manera previa al conflicto ya se calculaba que unos 7 millones de niños y niñas de ese país se encontraban fuera del sistema educativo. Con la crisis en curso, se estima que más de 18 millones se encuentran fuera del sistema escolar. Asimismo, el organismo internacional de la niñez advirtió sobre el peligro de niños y niñas a ser reclutados como milicianos de las fuerzas de choque sudanesas.
Presidente de la Fundacion para la democracia


