
El violento operativo de seguridad ocurrido en Brasil reavivó la discusión alrededor del componente racista en las políticas de seguridad y el accionar policial. La situación se replica también en Europa y EEUU.
En el amplio marco de debates sobre la violencia institucional en todo el mundo, uno de los ejes de mayor preocupación es el fuerte componente racista que intervienen en estas prácticas. El odio por raza, etnia o identidad se vuelve un factor de alta complejidad cuando se convierte en un elemento sistemático de parte de las instituciones estatales, en especial en el accionar policial. El fenómeno representa una discusión histórica, pero casos que trascendieron a nivel internacional en los últimos años volvieron a despertar la preocupación de los organismos de derechos humanos.
El ejemplo más reciente y contundente ha sido el operativo de seguridad desarrollado en Río de Janeiro en la lucha contra la organización criminal Comando Vermelho. Con un saldo de más de 100 asesinatos (buena parte de ellos civiles), los organismos internacionales expresaron su rechazo al excesivo uso de la fuerza por parte del Gobierno. En tanto, Amnistía Internacional (AI) volvió a pronunciarse al respecto y remarcó el patrón de “políticas racistas” en Brasil en materia de seguridad, lucha contra las drogas y el crimen organizado.
La entidad internacional hizo hincapié sobre los múltiples señalamientos de parte de organismos de derechos humanos sobre el carácter de racismo sistemático que atraviesa la llamada “guerra contra las drogas” en ese país. El saldo de víctimas de la denominada “Operación Contención”, en su mayoría de poblaciones negras y en situación de pobreza, despertó la preocupación de AI sobre el racismo sistemático que ya ha tenido lugar en otros operativos de estas características. Amnistía remarcó además cómo, tras el accionar represivo, las autoridades de Río de Janeiro buscaron criminalizar a pobladores de la zona que intentaron rastrear e identificar los cuerpos de las personas asesinadas.
En diciembre de 2024, Río de Janeiro también fue escenario de este tipo de problemáticas cuando una gran manifestación organizada por el Movimiento Negro Unificado en repudio al asesinato de un hombre por parte de efectivos de la Policía Militar de Diadema. Los agentes habían arrojado a la víctima desde un puente en Cidade Ademar. El hecho despertó una vez más la denuncia contra la violencia policial contra la población negra.
Violencia policial racista en EEUU y Europa
La discusión se replica en Europa y en Estados Unidos. El emblemático caso de George Floyd en EEUU (cuyo asesinato quedó registrado en video y trascendió a nivel mundial y generó el movimiento Black Lives Matter) fue uno de los puntos más álgidos de los últimos años. Frente a este caso, la UNESCO lanzó en 2020 un informe donde analiza como la violencia institucional se manifiesta no sólo en ámbitos como el accionar policial, sino también en espacios como la educación. Existen diversos casos de universidades que han desarrollado protocolos anti discriminación por este motivo.
En Europa, la discusión también tomó relevancia en los últimos años. Un informe lanzado en 2018 por parte de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea reveló que más del 60% de las víctimas de violencia racista por parte de la policía no han denunciado el incidente, ya sea por miedo o por considerar que la denuncia no lograría ningún resultado. Según el informe, en una encuesta de 25 mil personas provenientes de minorías raciales o migrantes en Europa, un 14% de ellos dijo haber sido detenida por la policía durante el 2015 y 2016.
La situación en Argentina
La situación se replica en diversos puntos de América Latina. El Comité sobre la Discriminación Racial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) puso su mirada sobre Argentina en 2023. Allí advirtieron sobre cómo las fuerzas de seguridad de ese país apelaban al uso de “perfiles racistas” en la práctica, con un efecto especial en personas afrodescendientes, de pueblo originarios o migrantes.
Uno de los casos que más reacción generó en la opinión pública fue el episodio vivido por el actor argentino Oscar “Osqui” Guzmán, víctima de una agresión policial callejera al ser “confundido” con un ladrón. El incidente ocurrió cuando el sistema de reconocimiento facial utilizado por la Policía Federal señaló a Guzmán como un delincuente, por lo cual fue golpeado y demorado por efectivos. El actor denunció que el hecho fue motorizado por “su color de piel”, lo cual generó un rechazo inmediato.
La Diáspora Africana de la Argentina (DIAFAR) se ha dedicado a poner este tema en debate en medios y espacios públicos en Argentina. El componente racista en casos de violencia institucional en Argentina, en especial en 2020 donde tuvo lugar el primer fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por un móvil racista en un acto de violencia policial. El fallo de la CIDH fue en torno al homicidio del joven afrodescendiente Delfín Acosta Martínez, muerto tras una golpiza por parte de efectivos policiales en 1996.
Presidente de la Fundacion para la democracia


