Un acuerdo entre la OEA y la Fundación para la Democracia busca enfrentar la delincuencia transnacional

El nuevo tratado implica un nuevo paso en el trabajo conjunto entre Estados y asociaciones civiles y jurídicas de todo el mundo para aportar a la lucha contra el delito. Un nuevo paso para el fortalecimiento de la democracia, los derechos y la transparencia.

La delincuencia transnacional se ha convertido en un eje de discusión en materia de vulneración de derechos humanos y paz mundial. Por ello, cobra relevancia un nuevo acuerdo firmado entre la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Fundación para la Democracia Internacional (FDI), orientado a unificar fuerzas para dar pelea al crimen a nivel internacional, con una mirada en perspectiva de defensa de los derechos humanos. La articulación entre la Fundación y la entidad internacional suma un nuevo paso al trabajo conjunto de diversas entidades junto a Estados miembros, para aportar herramientas de cara al desafío. 

Fue bajo la intermediación del Departamento contra la Delincuencia Organizada Transnacional (DDOT) de la OEA que se llegó a la concreción de este acuerdo. Fortalecimiento de la justica, seguridad y garantía de los derechos básicos, serán los ejes que articularán las acciones a seguir. Según el responsable de la Fundación, Guillermo Whpei, es un primer paso de cara “a un futuro mejor”. Por su parte, la Organización colaborará con la entidad argentina para la elaboración de programas y herramientas que promuevan la ética institucional, la democracia y la transparencia. 

La relación entre crimen organizado internacional y lucha por derechos humanos viene cobrando centralidad desde hace años. Entidades como Naciones Unidas, la mencionada OEA o la Unión Europea han lanzado múltiples pronunciamientos y marcos jurídicos para la puesta en valor de este tema en la agenda geopolítica. 

Según consideraciones del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) de la Universidad Nacional de La Plata, el Crimen Organizado Transnacional (COT) es un fenómeno que vulnera los derechos humanos de miles de habitantes de todo el mundo. En un balance del año 2025 sobre este tema, la entidad ha remarcado que en 2020 y 2021, los estados de la Unión Europea llegaron a decomisar uno estimativo de más de 4 billones de euros en materia de ganancias económicas del  COT. Asimismo, se estima que en los últimos años, los activos económicos generados por el crimen organizado han sido equivalentes del 3% al 7% del Producto Bruto Interno global anual.

Las Naciones Unidas han declarado el 15 de noviembre como el Día Internacional para la Prevención y Lucha de Todas las Formas de Delincuencia Organizada Transnacional. Este tipo de fenómenos se despliegan en múltiples terrenos, desde tráfico de drogas al mercado de armas, desde la trata de personas a la corrupción institucional en altas esferas políticas y sociales. La mentada Convención de Palermo de la ONU, del año 2000, fue el gran momento que sentó el marco jurídico internacional contra la delincuencia transnacional en este siglo. Allí se sentaron los principales protocolos y criterios desde una perspectiva global y humanitaria para esta problemática.   

Delito cibernético organizado: una amenaza contemporánea

En el Índice Global de Delincuencia Organizada del 2025, elaborado y divulgado por la organización Global Initiative, se ha remarcado el crecimiento en el último tiempo de formas de delincuencia “no violenta” para referir al ciberdelito y a los fraudes financieros. Estas manifestaciones del crimen organizado transnacional, llevadas al plano de la digitalidad, representan un nuevo desafío para las luchas por proteger los derechos y la integridad de las personas. Asimismo, el tráfico de drogas sigue siendo una de las formas más contundentes de crimen organizado.

En octubre de este año, unos 65 países firmaron el primer tratado de las Naciones Unidas para la lucha contra la ciberdelincuencia. Este hecho significó un paso fundamental para esta fase de la lucha contra el crimen organizado a nivel mundial. Entre las principales preocupaciones que gravitan este problema, según ONU, se ubican los delitos financieros o la violación a la intimidad a través del tráfico de imágenes. Según estimaciones del organismo internacional, se pronostica que el ciberdelito genere costos de más de 10 billones de dólares anuales este año. 

Crimen transnacional en diversas partes del mundo

Según los datos del mencionado Índice de Global Initiative, a nivel mundial los países que encabezan el ranking de criminalidad, con una puntuación del 1 al 10, son países como Myanmar (8,8), Colombia (7,8) México (7,6), Sudáfrica (7,4), Brasil (7) o Rusia (6,9).

En regiones como América Latina se ha acuñado el término de “gobernanza criminal” para categorizar las situaciones donde el crimen organizado escala a niveles donde las estructuras ilícitas se insertan en los propios Estados. Se estima que 1 de cada 9 ciudadanos de Latinoamérica viven en alguna región afectada por alguna forma de gobernanza criminal. Además de los efectos de violencia y vulneración de los derechos humanos, este tipo de fenómenos afecta de manera profunda la legitimidad y transparencia de la democracia misma de cada lugar. 

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